20 ene 2011

Relatoría CEP: Ken Robinson


Todos los países del mundo están REFORMANDO
su educación pública. ¿Por qué?

  • ¿Por qué todos los países están tratando hoy día de reformar sus sistemas educativos? 
  • ¿Por qué estas reformas intentan estandarizar y homogenizar más el curriculum en vez de abrirlo a la diversidad individual y cultural? 
  • ¿Por qué se busca preparar a los alumnos para la economía del futuro, aún cuando nadie sepa cómo será la economía dentro de 2 meses? 
  • ¿Las escuelas matan la creatividad? ¿Por qué entre más años pasa la gente en la escuela, más se deteriora su imaginación y su creatividad? 
  • ¿Por qué los sistemas educativos mantienen la misma jerarquía de materias, con las matemáticas y lengua hasta arriba, luego las humanidades, y hasta abajo las artes y los deportes? 
  • ¿El objetivo del sistema educativo es producir profesores universitarios que “dominen” el discurso académico aún cuando sus cuerpos estén atrofiados y los usen sólo como medio de transporte para llevar sus cabezas a las reuniones? 
  • ¿Por qué se privilegia un modelo académico que produce gente que “vive en sus cabezas” (profesores, lectores…)? 
  • ¿Los niños y jóvenes actuales realmente padecen de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) o se trata del bombardeo permanente de mensajes que reciben a través de toda clase de pantallitas y gadgets? 
  • ¿Por qué habrían de poner atención en clases totalmente aburridas? 
  • ¿Qué puede y debe hacer la escuela para convertirla en un lugar donde los alumnos encuentren espacio para sus talentos y pasiones? 
Este es el tipo de preguntas que plantea Ken Robinson y sobre las cuales dialogamos en la primera sesión 2011 del CEP. A decir de nuestras propias experiencias personales, varios de los miembros del seminario tuvimos gustos y pasiones en la infancia que tuvimos que abandonar porque –como dice Robinson- no cuentan y no se valoran en la escuela. Como suele ocurrir, en algún momento los comentarios tendieron a criticar radicalmente la escuela, aún cuando TODOS los que estábamos en la sesión en gran medida SOMOS PRODUCTOS escolares. ¿Nada nos aportó la escuela? ¿Sólo nos mató la creatividad?...

Bueno, aquí las experiencias y los recuerdos de cada uno/a fueron variables. Pero en algún momento estuvimos de acuerdo en que no hay escuelas completamente malas o completamente buenas. Todos tuvimos también experiencias memorables y experiencias miserables en cada una de las escuelas por las que atravesamos, desde el preescolar hasta la universidad.

¿Qué sacamos en claro entonces? Al parecer… que es indispensable evitar las generalizaciones tajantes y tratar de identificar qué tipo de maestros y de experiencias son realmente valiosos en el sistema educativo.

Aunque no se dijo en la sesión, me atrevo a dar una pista sobre cómo encontrar estos maestros y experiencias: usualmente son aquellos/as que las más altas autoridades educativas (secretarios de educación; rectores; directores de facultad, instituto o escuela) suelen olvidar o ignorar a la hora de otorgar reconocimientos, premios, distinciones, ascensos, o “estímulos a la productividad”… Dejo esta pista para quienes deseen hacer su tesis de maestría o doctorado sobre el tema…

grehz

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