1. El ser-en-sí
"Solamente ahora, después de haber considerado ya cuatro momentos, cuatro aspectos de las relaciones originarias históricas, caemos en la cuenta de que el hombre tiene también "conciencia". Pero tampoco ésta desde un principio es una conciencia "pura". El "espíritu" nace ya tratado con la maldición de estar "preñado de materia", que aquí se manifiesta bajo la forma de capas de aire en movimiento, de sonidos, en una palabra, bajo la forma del lenguaje. El lenguaje es tan viejo como la conciencia: el lenguaje es la conciencia práctica, la conciencia real, que existe también para los otros hombres y que, por tanto, comienza a existir también para mí mismo..."
En algún punto, surgió el tema inevitable de si tener conciencia del mundo y de uno mismo no es una fuente de infelicidad y, por lo tanto, si no será mejor "no saber" (no tener conciencia). Pero ese tema se trató con más detenimiento después de comentar los otros dos libros que abordamos en la sesión (ver punto 4, aquí abajo).
2. La trampa de la globalización
La siguiente sesión tiene lugar en el salón 1 del CELEX (UPN), cuyas paredes están recubiertas de alfombra, tiene un pizarrón blanco nuevo, y muchos contactos también nuevos pero sin electricidad. De una extensión conectamos la compu y el cañón e iniciamos el diálogo sobre la Globalización y la Polarización del Conocimiento.
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3. The work of nations
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Robert Reich es un académico reconocido en EU y fue secretario del trabajo durante el gobierno de Bill Clinton. Es, por lo tanto, alguien que conoce desde dentro la estructura y dinámica del mercado laboral en Estados Unidos y en otras regiones del mundo. A principios de los 90s, Reich hizo una distinción que anticipaba “los tres empleos del futuro”: los servicios de producción rutinaria, los servicios personales, y los servicios de análisis simbólico. La diferencia clave entre estas categorías de empleo, visibles ya en EU y otros países, es el valor que agregan en la economía global y, por tanto, el tipo de educación y de cultura escrita que necesitan. Reich fue explícito en los patrones de raza, clase, educación y condiciones de trabajo detrás de estas categorías segregadas de trabajadores. Por ejemplo, en EU la mayoría de los trabajadores que realizan labores tediosas, mal pagadas, muy supervisadas, y que requieren poca educación, son negros e hispanos bajo supervisión de hombres blancos; mientras que casi todos los trabajos que involucran la manipulación de símbolos (investigadores, ejecutivos, cineastas, escritores, diseñadores, etc.) están en manos de hombres blancos (ver Cuadro 1).
Si bien en México las categorías de raza y etnicidad están suprimidas de los registros públicos, la división racial del trabajo, la educación, y el ingreso es más que ostensible y –sin duda—más despiadada que en los EU, precisamente por ser negada en el debate público, en los registros estadísticos, y en la legislación. En cambio, en EU está más que documentado que la gran mayoría de los mexicanos legales e ilegales en ese país ocupan las posiciones más bajas en el mercado laboral. Esta creciente polarización laboral y cognitiva, integral al capitalismo global, fue justo lo que admitió el grupo de los 500 líderes mundiales reunidos en San Francisco en 1995. Es decir, la Sociedad 20:80 no es sólo una cuestión de números (cuántos caen en qué lado) sino de categorías sociales (quiénes están de qué lado).
4. ¿Es mejor no saber?
4. ¿Es mejor no saber?
Se discute en el seminario sobre el contenido de estos libros. Estela sostiene que le resulta deprimente ese tipo de planteamientos sobre la globalización y el lugar que (se) nos asigna en ella. "Parece como si ya todo estuviera decidido", señala. Gregorio pregunta: "¿Entonces es mejor no saber? Las élites deciden aturdirnos con pan y circo intensivo (por ejemplo con torneos de futbol cada dos meses, antes eran cada año); los educadores y promotores de lectura preferimos no saber?" Entre otras cosas, cuenta la historia de Juan Soriano, reconocido artista plástico, que en su juventud atravesó por una etapa de profunda depresión, angustia y desesperación; cuenta Soriano que se encerró en su casa y durante 5 años aproximadamente se puso a leer y a leer y a leer, y entre más leía más sabía, y entre más sabía, menos angustia y depresión sentía. Saber más le hizo entender que muchas veces la depresión, la angustia y demás, son causadas por una mezcla de ignorancia e "ideas tontas", y que, por el contrario, saber le permitió entender muchas cosas y así liberarse de tantos demonios internos. En este punto de la sesión, entra la alusión a la literatura infantil: ¿no van de eso los "buenos libros" infantiles, como los de Max Velthuijs, Antony Brown, Roal Dahl, y otros autores? Son libros que expanden la conciencia de los lectores sobre su propio ser, sobre su lugar en el mundo, sobre actitudes y valores, sobre estereotipos y prejuicios que nos atrapan, etc.? ¿Debemos evitar esas lecturas porque nos muestran una visión crítica sobre nuestra humanidad? ¿Es mejor no saber?
En fin, la discusión se intensifica y, como suele ocurrir, se corta por el fin de la sesión. Dedicaremos alguna o algunas sesiones a abordar directamente el tema de la literatura infantil y juvenil... Por lo pronto, sería bueno conocer un poco más lo que dicen los libros La trampa de la globalización y The work of the nations, pues sólo leímos un pedacito de cada uno, y no todo lo que dicen es deprimente; también aportan elementos para entender el contexto en el que hoy día estamos trabajando los educadores, investigadores y promotores interesados en entender y promover la cultura escrita.
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