15 nov 2010

Relatoría 6


1. El ser-en-sí

Retomamos el tema del papel del discurso hablado y escrito en la transformación del ser-en-sí en ser-para-sí. Abrimos la conversación mencionando la obra de teatro El filósofo declara, en la que un filósofo considera que su chofer no es un ser-para-sí, sino un ser-en-sí, debido a su apariencia "iletrada", la cual se refleja en un lenguaje "típico" de persona ignorante y de baja escolaridad. El chofer dice cosas como "la calor" (en vez de el calor), "la persona de uno" (en vez de uno mismo), "de que..." (barbarismo lingüístico conocido como dequeísmo), además de poseer una "ignorancia especializada" (sabe demasiado de fútbol y nada de filosofía), etc. Con base en esta historia, discutimos de qué manera la alfabetización y el desarrollo letrado realmente transforman a un ser-en-sí (objeto) en un ser-para-sí (sujeto), tomando en cuenta que un sujeto adulto (como el chofer de la obra de teatro) es ya un sujeto constituido. ¿Cuál es la diferencia entonces entre él y su patrón el filósofo, en tanto sujetos? ¿Y dónde entra la lengua y la cultura escrita en esa diferencia? Los comentarios giraron en torno a la diferencia en la "conciencia" de cada uno de los personajes: uno con una conciencia pequeña y otro con una conciencia más "grande". ¿De qué manera leer y convertirse en sujeto letrado amplía la conciencia? ¿Es ese el valor de la cultura escrita en el desarrollo individual? Para contestar estas preguntas dimos ejemplos de sujetos de baja escolaridad que se convirtieron en personas altamente letradas, como Rigoberta Menchú (premio Nobel de la paz) o Frederick Douglass (ex-esclavo estadounidense), y leímos un fragmentito de un viejo libro de Marx y Engels (La ideología Alemana), donde se dice, entre otras interesantes cosas, lo siguiente:

"Solamente ahora, después de haber considerado ya cuatro momentos, cuatro aspectos de las relaciones originarias históricas, caemos en la cuenta de que el hombre tiene también "conciencia". Pero tampoco ésta desde un principio es una conciencia "pura". El "espíritu" nace ya tratado con la maldición de estar "preñado de materia", que aquí se manifiesta bajo la forma de capas de aire en movimiento, de sonidos, en una palabra, bajo la forma del lenguaje. El lenguaje es tan viejo como la conciencia: el lenguaje es la conciencia práctica, la conciencia real, que existe también para los otros hombres y que, por tanto, comienza a existir también para mí mismo..."

En algún punto, surgió el tema inevitable de si tener conciencia del mundo y de uno mismo no es una fuente de infelicidad y, por lo tanto, si no será mejor "no saber" (no tener conciencia). Pero ese tema se trató con más detenimiento después de comentar los otros dos libros que abordamos en la sesión (ver punto 4, aquí abajo).

2. La trampa de la globalización
La siguiente sesión tiene lugar en el salón 1 del CELEX (UPN), cuyas paredes están recubiertas de alfombra, tiene un pizarrón blanco nuevo, y muchos contactos también nuevos pero sin electricidad. De una extensión conectamos la compu y el cañón e iniciamos el diálogo sobre la Globalización y la Polarización del Conocimiento.
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Los periodistas alemanes Martin y Schumman cuentan en su libro La trampa de la globalización (editorial Taurus, 1998) sobre la reunión que en 1995 convocó Mijail Gorbachov (el último líder de la Unión Soviética) en San Francisco, y a la que asisten ex presidentes de varios países, así como los empresarios y líderes más poderosos de la economía, los medios, la academia, las finanzas y las tecnologías del mundo. En total 500 global players, entre los que se encuentran George Bush padre, Margaret Tatcher, Ted Turner (presidente del mayor consorcio mediático del mundo),  John Gage (presidente de Sun Microsystems, la empresa que desarrolla el lenguaje java), académicos de Standford, Harvard y Oxford, diversos premios Nobel, etc., etc.... en una palabra (bueno, en tres): la élite del planeta. Tras varios días de deliberaciones, se llega a un consenso sobre el futuro mundial, el cual se reduce a dos conceptos: "sociedad 20-80" y "titytainment". En el futuro (o sea, ya), se bastará sólo el 20% de la población para mantener en marcha la economía mundial: "no se necesitará más fuerza de trabajo... el 80% tendrá grandes problemas". La cuestión será entonces to have lunch or be lunch, comer o ser comido. Por su parte, la palabra "titytainment" es un compuesto de "tits" (tetas) y "entertainment" (entretenimiento), y no es otra cosa que el "pan y circo"  de hoy: una mezcla de entretenimiento aturdidor y alimentación suficiente, indispensables para mantener el buen humor de la frustrada población mundial.

3. The work of nations
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Robert Reich es un académico reconocido en EU y fue secretario del trabajo durante el gobierno de Bill Clinton. Es, por lo tanto, alguien que conoce desde dentro la estructura y dinámica del mercado laboral en Estados Unidos y en otras regiones del mundo. A principios de los 90s, Reich hizo una distinción que anticipaba “los tres empleos del futuro”: los servicios de producción rutinaria, los servicios personales, y los servicios de análisis simbólico. La diferencia clave entre estas categorías de empleo, visibles ya en EU y otros países, es el valor que agregan en la economía global y, por tanto, el tipo de educación y de cultura escrita que necesitan. Reich fue explícito en los patrones de raza, clase, educación y condiciones de trabajo detrás de estas categorías segregadas de trabajadores. Por ejemplo, en EU la mayoría de los trabajadores que realizan labores tediosas, mal pagadas, muy supervisadas, y que requieren poca educación, son negros e hispanos bajo supervisión de hombres blancos; mientras que casi todos los trabajos que involucran la manipulación de símbolos (investigadores, ejecutivos, cineastas, escritores, diseñadores, etc.) están en manos de hombres blancos (ver Cuadro 1).
Si bien en México las categorías de raza y etnicidad están suprimidas de los registros públicos, la división racial del trabajo, la educación, y el ingreso es más que ostensible y –sin duda—más despiadada que en los EU, precisamente por ser negada en el debate público, en los registros estadísticos, y en la legislación. En cambio, en EU está más que documentado que la gran mayoría de los mexicanos legales e ilegales en ese país ocupan las posiciones más bajas en el mercado laboral. Esta creciente polarización laboral y cognitiva, integral al capitalismo global, fue justo lo que admitió el grupo de los 500 líderes mundiales reunidos en San Francisco en 1995. Es decir, la Sociedad 20:80 no es sólo una cuestión de números (cuántos caen en qué lado) sino de categorías sociales (quiénes están de qué lado).

4. ¿Es mejor no saber?
Se discute en el seminario sobre el contenido de estos libros. Estela sostiene que le resulta deprimente ese tipo de planteamientos sobre la globalización y el lugar que (se) nos asigna en ella. "Parece como si ya todo estuviera decidido", señala. Gregorio pregunta: "¿Entonces es mejor no saber?  Las élites deciden aturdirnos con pan y circo intensivo (por ejemplo con torneos de futbol cada dos meses, antes eran cada año); los educadores y promotores de lectura preferimos no saber?" Entre otras cosas, cuenta la historia de Juan Soriano, reconocido artista plástico, que en su juventud atravesó por una etapa de profunda depresión, angustia y desesperación; cuenta Soriano que se encerró en su casa y durante 5 años aproximadamente se puso a leer y a leer y a leer, y entre más leía más sabía, y entre más sabía, menos angustia y depresión sentía. Saber más le hizo entender que muchas veces la depresión, la angustia y demás, son causadas por una mezcla de ignorancia e "ideas tontas", y que, por el contrario, saber le permitió entender muchas cosas y así liberarse de tantos demonios internos. En este punto de la sesión, entra la alusión a la literatura infantil: ¿no van de eso los "buenos libros" infantiles, como los de Max Velthuijs, Antony Brown, Roal Dahl, y otros autores? Son libros que expanden la conciencia de los lectores sobre su propio ser, sobre su lugar en el mundo, sobre actitudes y valores, sobre estereotipos y prejuicios que nos atrapan, etc.? ¿Debemos evitar esas lecturas porque nos muestran una visión crítica sobre nuestra humanidad? ¿Es mejor no saber?
En fin, la discusión se intensifica y, como suele ocurrir, se corta por el fin de la sesión. Dedicaremos alguna o algunas sesiones a abordar directamente el tema de la literatura infantil y juvenil... Por lo pronto, sería bueno conocer un poco más lo que dicen los libros La trampa de la globalización y The work of the nations, pues sólo leímos un pedacito de cada uno, y no todo lo que dicen es deprimente; también aportan elementos para entender el contexto en el que hoy día estamos trabajando los educadores, investigadores y promotores interesados en entender y promover la cultura escrita.

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