23 jun 2014

El CEP en Miravalle-Iztapalapa


El jueves 12 de junio (2014) visitamos la comunidad de Miravalle, localizada en los confines de la Delegación Iztapalapa, Ciudad de México. La intención original era conocer la propuesta educativa construida hace ya 25 años por un grupo de profesores y la comunidad de Miravalle y que se denomina Centro Educativo Cultural y de Servicios "José de Tapia Bujalance". 


Sin embargo, en éstos 25 años el proyecto se fue ampliando más allá de la escuela y ha llegado a impactar en otros proyectos de carácter autónomo representados en la Asamblea Comunitaria Miravalle. Entre los proyectos y espacios comunitarios que nos llevaron a conocer estuvieron Centro Cultural Calmecac, la Biblioteca Pública, la Ludoteca y Sala de Lectura, el Teatro al aire libre, y las calles de la localidad.

En este post buscamos abordar directa o indirectamente tres preguntas clave en relación con esta experiencia:

  • ¿Qué se podría decir de este proyecto (la escuela o el conjunto de espacios comunitarios que visitamos) desde una mirada postcolonial o decolonial?
  • ¿Qué es lo mejor que vieron en esta escuela? ¿Qué criticarían o propondrían?
  • ¿En qué se diferencia esta escuela comunitaria de las escuelas y las políticas educativas oficiales? ¿En qué se parece?
Miravalle en imágenes





Comentarios:


Marco Esteban Mendoza Rodríguez

Hace 27 años conocí a Raquel Martínez, recien egresada de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros le asignan una plaza docente en la Esc. Prim. Julio Cortázar en Iztapalapa. Desde ahí se involucra en la Pedagogía Freinet y en 1988 toma en sus manos un proyecto que hasta la fecha sigue cultivando: la creación de una escuela popular comunitaria (el CECyS) en una de las regiones más retiradas del Distrito Federal, allá en la sierra de Santa Catarina. Hoy el CECyS cuenta con 87 niños y una planta compuesta por 10 maestras y administrativas quienes impulsan la pedagogía Freinet. A pesar del valor del CECyS hoy surgen voces que cuestionan este proyecto sin conocer su historia, el sacrificio del personal del CECyS y de las madres y padres de familia, además de las presiones de la SEP al desconocer a las escuelas comunitarias e intentando que desaparezcan o se conviertan en escuelas particulares. Ayúdanos a difundir este proyecto y además te invitamos a conocerlo. EL CECyS José de Tapia Bujalance es una de las pocas escuelas en nuestro país sustentado en el principio de la Escuela Popular Moderna que desarrolló Freinet.

Artículo de Marco Esteban Mendoza :




Entrevista a Raquel Martínez
Fundadora y directora de la Escuela José de Tapia Bujalance
por Marco Esteban Mendoza





Rosa Icela Juárez

¿En qué se diferencia esta escuela comunitaria de las escuelas y las políticas educativas oficiales? ¿En qué se parece?

El día 12 de junio de 2014 visitamos el Centro Educativo Cultural y de Servicios (CECyS), "José de Tapia Bujalance". Nos recibió Raquel Martínez, nos explicó cuáles son las actividades que realizan y nos dividimos para observarlas.

Yo quiero hablar de las diferencias entre la escuela comunitaria y las públicas, pero no sólo quedarme en la comparación de escuelas, sino de las políticas públicas, en este caso en educación a nivel nacional y estatal (Estado de México).

Primero me voy a referir a las políticas educativas, porque una de las dificultades que manifestaba Raquel, es que este tipo de educación y escuelas, no existen para el estado. Las políticas educativas solo consideran las escuelas públicas y privadas. Entonces, las escuelas comunitarias reciben el mismo trato y exigencias de las escuelas privadas.

En el caso del Estado de México, en el que yo trabajo; no sólo no se reconocen, sino se han criminalizado:
“El pasado 17 de julio la Gaceta del Gobierno del Estado de México publicó el decreto número 110 relativo al nuevo delito de “impartición ilícita de la educación” contenido en los artículos 148 y 176 del Código Penal mexiquense. Ahí se establece que quien no tenga autorización del gobierno estatal para impartir educación será sujeto a una pena de cinco a 10 años de cárcel y a una multa de mil a mil 500 días de salario mínimo, castigo que se agrava si quien lo comete trabaja además en el sector educativo oficial” (Rodríguez, 2013).
Este tipo de escuelas, como la del CECyS "José de Tapia Bujalance" cuyos esfuerzos intentan sustituir, los servicios que el estado debiera cubrir y no lo hace; han sido criminalizados en el Estado de México. La pregunta es ¿por qué un estado intenta eliminar este tipo de iniciativas que sustituyen muchos de los servicios que el estado estaría obligado a cubrir? Parece absurdo, pero una de las razones que visualizo es la organización. La existencia de estos proyectos solo puede generarse en comunidades organizadas, que aspiran e imaginan una forma diferente de estar, vivir y ser. Porque no están subordinados a lo que el estado quiera ofrecerles, a los tiempos y requerimientos políticos que marcan los cambios de gobierno. Ellos se organizan y generan las posibilidades de una educación diferente a la del estado, su fuerza está en la organización y quizá es una de las armas más poderosas para transformarnos, para reconocernos y para descolonizarnos de las relaciones estado y sociedad.

Esta organización del CECyS, "José de Tapia Bujalance" tiene implicaciones políticas, teóricas y epistemológicas. Primero, no adopta la subordinación al estado, a sus políticas, a su clasificación; es una iniciativa de la comunidad, que está dispuesta a existir fuera del estado. Esto tiene implicaciones políticas, la comunidad organizada te coloca en un plano diferente frente al estado, en un plano más equitativo, de igual a igual, ambos con poder, un poder que proviene de fuentes diferentes, pero al fin, con poder. Y las implicaciones epistemológicas, desde mi perspectiva, están en pensar imágenes posibles de educación que no necesariamente son iguales a las públicas, ni a las privadas, sino acordes a la situación y necesidades propias.

La observación que realicé, fue el uso de técnicas Freinet. En cuanto a cultura escrita observé la escritura de un pequeño texto a partir de la experiencia de una niña; Fernanda, habló de una gatita que le compraron; después la profesora les pide a los niños que formen un texto, una oración. Se formulan varias y la profesora anota una en el pizarrón. Los niños se la dictan, una vez escrita la lee en voz alta y va señalando con una varita cada palabra que lee, después los niños la leen varias veces en voz alta, mientras la profesora va señalando con la varita lo que van leyendo. Finalmente, entre los niños eligen a otros niños para que identifiquen o subrayen una palabra del texto. Primero, por supuesto, eligen palabras de contenido, como sustantivos, adjetivos y verbos; al final dejan las preposiciones. Una vez que hacen estos comportamientos letrados, cada niño escribe el texto en una hoja que se integrará a su “Libro de la vida”. También observé una conferencia que dio Oswaldo, uno de los niños, sobre los animales del zoológico.

Contrastes de algunos aspectos observados en cultura escrita:

CECyS, "José de Tapia Bujalance"
Escuelas públicas
¿Qué escriben?
Escriben acontecimientos importantes de/para los niños
Escriben la fecha y el nombre del niño
¿Quién escribe?
La profesora y luego los niños en su libro de la vida
Algunas veces la profesora y otras los niños
¿Quién tiene la palabra la mayor parte del tiempo?
Los niños
La profesora


Lo que tienen en común estas técnicas es que efectivamente los niños tienen la palabra. Si bien podemos presenciar cada vez con más frecuencia este tipo de actividades en preescolares públicos, lo que en el CECyS "José de Tapia Bujalance" ocurre es que aquí no son actividades aisladas, sino cotidianas y sistemáticas en el trabajo con los niños, lo cual es valioso y digno de reconocer.



Rosa Estela Ramírez Infante

Reflexiones sobre la visita a Mirvalle

Asistir a la Escuela José de Tapia y al conjunto de espacios comunitarios que la maestra Raquel y su grupo organizaron y fundaron me permitió valorar y preguntarme varias cosas.

En primer lugar el centro infantil comunitario.


Tiene un origen basado en las necesidades de la comunidad por lo que la palabra solidaridad es una experiencia vivida, ya que gracias a sus integrantes se pudo establecer y mantenerse hasta la fecha. Sin embargo, yo me quedé con la duda: ¿en sus conferencias o trabajos con el lenguaje, existen momentos en que se recupere la historia social y de lucha para construir esa escuela? ¿A qué tipo de “nuevos ciudadanos” se refieren en su slogan “Con educación activa formamos nuevos ciudadanos”? Estuvimos muy poco tiempo en la escuela, por lo que entiendo que hay una gran riqueza pedagógica que no pudimos observar; pero creo que no sólo es importante enseñar el lenguaje con técnicas Freinet, sino también aprovechar el recurso para organizar en algunos momentos el contenido de ese lenguaje. Es decir, planear charlas en donde se cree conciencia histórica en los niños para que no se pierda la lucha realizada para ganar ese espacio.



También me quedé con la duda de qué es lo que pasa con los niños que no pueden pagar 98 pesos a la semana. ¿Se quedan sin escuela o se van al preescolar oficial? De ser así, entonces ¿dónde queda lo de la escuela comunitaria?


Con relación a los espacios comunitarios, me asombra el interés que tiene la organización para que sus jóvenes se dediquen a actividades deportivas y culturales. Es muy interesante que lo conseguido sea por parte del gobierno del Distrito Federal (becas y otros programas), el reto es mantenerlo en funcionamiento. Quizá en eso radique la fuerza de los habitantes de la comunidad, en dar recursos materiales o de tiempo para que estos espacios se mantengan. Y como comenté en las actividades de la escuela, que no se dejen de lado actividades que hagan pensar a los habitantes en relación a su historia, a sus posibilidades socioeconómicas y abrir discusiones hacer conciencia del poder de la comunidad para transformar la realidad que no les guste.



Muchas veces he pensado que yo debería hacer algo así en mi unidad habitacional, pero pocas personas tienen la dedicación y la capacidad de organización de los compañeros que visitamos.



Grehz

La visión general que esta visita me dejó fue la de un contraste dentro del contraste que ya es la Ciudad de México. Miravalle, una zona completamente marginal dentro de los márgenes de la ciudad, es una comunidad vital, con diversos individuos y organizaciones que están creando un espacio de decisiones y acciones comunitarias en las que la producción de sus propias iniciativas locales se entrelaza con ideas, acciones y organizaciones nacionales y globales. En cierta forma Miravalle es una especie de "comunidad autónoma", aun cuando su gobierno e instituciones siguen bajo control oficial...

¿Qué se podría decir de este proyecto (la escuela o el conjunto de espacios comunitarios que visitamos) desde una mirada postcolonial o decolonial?

Especialmente en el momento actual, en que el discurso y las políticas educativas conservadoras empujan más y más hacia la estandarización y la homogenización de la enseñanza, de la evaluación, de la formación de maestros, del diseño de programas y materiales, etc., etc., y cuando la burocracia educativa pretende alcanzar un control absoluto y vertical sobre el sistema educativo (a través de sistemas de evaluación masiva, vertical y punitiva), los proyectos comunitarios como la escuela José de Tapia Bujalance, representan una de las pocas acciones realmente contrahegemónicas en el actual sistema de "libre mercado". Tal vez es difícil ver por qué este tipo de proyectos, con todo y sus limitaciones, defectos e inconsistencias, representan hoy en México y en el mundo una necesidad y una alternativa para las clases populares (incluyendo el magisterio). Una de las razones es que es una de las pocas herramientas que los sectores populares sí tienen en sus manos, y que pueden usar para hacerse valer como sujetos activos. Me refiero a su capacidad de decidir y hacer cosas por sí mismos, sin depender de la burocracia político-educativa y sus dictados.

¿Tiene realmente una importancia crucial este tipo de movimientos educativos de base? Yo creo que sí. Y me parece que podemos apreciar la magnitud de su importancia en un dato revelador: pese a su larga trayectoria y su amplia influencia en las comunidades marginadas, para el discurso oficial este tipo de escuelas y sus maestros, junto con sus propuestas pedagógicas, no existen. Es decir, el discurso y la historia oficial simplemente los ignoran, es decir, los invisibilizan. Como lo explica Boaventura de Souza Santos (importante teórico de la postcolonialidad), una de las armas más poderosas del poder colonial y colonizante es su capacidad de "producir inexistencia", es decir, de borrar de la historia las voces y las miradas de los grupos subalternos.

Esta invisibilización se logra esencialmente por métodos discursivos. Es decir, construyendo y legitimando un discurso en el que los sujetos populares, sus iniciativas, sus acciones y sus voces son sistemáticamente excluidos de la historia escrita y de los registros oficiales.

Esto es justo lo que la SEP (Secretaría de Educación Pública, de México) ha hecho, y muy bien, por décadas. Ha ocultado ante la sociedad mexicana y ante el mundo que en este país no sólo existen las ideas y las voces de los "expertos" y de los altos funcionarios (cuyos nombres, por cierto, siempre se imprimen en los documentos oficiales, aunque ellos no hayan hecho nada más que firmar oficios). En su inmensa producción de documentos normativos (programas de gobierno, planes y programas educativos, materiales didácticos, documentos históricos sobre la educación en México, etc.) el gobierno de México nunca ha hecho mención de la escuela José de Tapia Bujalance, ni de ninguna otra que haya sido creada y sostenida por educadores y gente comprometida con sus comunidades. No se menciona ni una vez, no se considera siquiera como parte del contexto sociocultural e histórico sobre el que se diseñan las políticas educativas. Lo mismo ocurre con sus maestros. Ni Raquel Martínez, ni Marco Esteban Mendoza, ni Alberto Sánchez, ni José de Tapia, ni Chela González, ni muchos otros educadores de orientación Freinetiana figuran en la historia oficial.

Yo sé que a los activistas, educadores y líderes comunitarios poco les importa aparecer en documentos y libros oficiales. Pero justo ahí está un problema: si ellos mismos no se reconocen como miembros de esta nación, como ciudadanos con voz y voto, y como sujetos de la historia educativa de este país... en los hechos le están facilitando las cosas a la camarilla burocrática que se ha adueñado del país y de sus instituciones. No es una cuestión de buscar un "protagonismo", sino de reclamar y recuperar lo que nos pertenece. Y las instituciones públicas son públicas, no propiedad privada de la burocracia...

¿Qué es lo mejor que vi en esta escuela? ¿Qué criticaría o propondría?

Lo mejor que vi fue la voluntad de poner en práctica una alternativa pedagógica humana y progresista (la pedagogía Freinet) en una colonia popular. Esto es inusual en México, porque las llamadas "escuelas activas" en México han estado casi siempre al servicio de las clases medias. Aunque en lo personal tengo un origen social bastante bajo, hace años yo mismo conocí justo la escuela que fundó el maestro José de Tapia Bujalance ("Pepe"): la escuela Manuel Bartolomé Cossio (www.escuelamanuelbartolomecossio.com). No conocí personalmente al maestro Pepe, pero leí enterito el libro "José de Tapia: Un maestro singular" (escrito por el profesor Fernando Jiménez Mier y Terán, con quien tomé clases en la UNAM), y quedé convencido de que en esa escuela debía ir mi hija. Así fue. De manera que conocí de primera mano, como padre de familia, lo que es la pedagogía Freinet y sus técnicas (el diario de clase, el texto libre, la asamblea, los viajes de estudio, la correspondencia, las conferencias... Podría escribir un artículo entero explicando por qué estas técnicas son coherentes y funcionan mucho mejor que lo que los altos funcionarios de la SEP afirman en sus enormes planes y programas de estudio. Pero me limito a aportar una evidencia irrefutable: casi ningún funcionario alto, medio o bajo de la SEP lleva a sus propios hijos a las escuelas donde se aplican las políticas y planes que ellos dictan. Los llevan a escuelas activas donde se usan los principios de pedagogos liberales como Freinet, Montessori o Dewey, o bien a escuelas privadas que no se autodenominan "activas" pero en los hechos lo son y cuentan con maestros muy preparados y prácticas pedagógicas coherentes y eficaces.

¿Qué es lo mejor que vi, entonces, en el Centro Educativo José de Tapia Bujalance? Bueno, pues precisamente que es una escuelita (de nivel preescolar) donde hay un planteamiento pedagógico coherente y probado: la pedagogía Freinet, pero que a diferencia de las escuelas activas "famosas" (como la Bartolomé, o la Erminio Almendros), esta es una escuela asentada en lo más remoto de las zonas marginadas del Valle de México. Por lo tanto, es una escuela que atiende a los hijos de las clases trabajadoras. Y esto ya es mucho decir, porque en las zonas marginadas del país (como lo es Iztapalapa) impera la escuela oficial, que es en gran medida una escuela no activa (sino pasiva), burocratizada y burocratizante, sometida a los mecanismos de control burocrático y sindical que terminan desvirtuando la educación. Escuelas que, salvo algunas excepciones, generan apatía, desgano, aburrimiento y desinterés entre los alumnos.

¿Qué criticaría de la escuela José de Tapia Bujalance? Bueno, sin duda no es una escuela perfecta, porque ninguna lo es, más se acerca mucho a lo que son las escuelas activas tipo Freinet. Al igual que mis compañeras del CEP, con quienes visitamos la escuela José de Tapia, observé algunas actividades (la conferencia de Oswaldo, el trabajo con el texto en otro grupo, la lectura en voz alta en la biblioteca) y noté que en algunos casos a las maestras se les escaparon algunos detalles importantes para lograr que dichas actividades fueran más exitosas. Esto me hizo pensar que todos los maestros y maestras necesitan también aprender y mejorar su dominio del oficio. Pero las madres-educadoras de la escuela José de Tapia intentan entender y hacer lo mejor posible su trabajo, y este trabajo se sintetiza en una idea clave de la pedagogía Freinet: "dar la palabra al niño". No es fácil sostener esta idea en la práctica, pero es bueno tenerla como la idea que guía los esfuerzos. Un ejemplo de algo que podría mejorar (tomando en cuenta que sólo observamos una sesión de clase, que puede no ser representativa), es el trabajo con el texto. La maestra no dio suficiente oportunidad para que los niños PENSARAN y justificaran sus respuestas cuando les pidió que quitaran palabras de la oración y dijeran cómo decía sin dicha palabra (una técnica muy efectiva de la pedagogía Freinet para propiciar el análisis de la relación entre lenguaje hablado y lenguaje escrito). Igualmente en la conferencia, la maestra pudo intervenir un poco más para animar y apoyar al niño a expresar sus propias ideas, en vez de aceptar que la mamá del niño aportara la mayor parte de la información. Estos son detalles que una escuela como la José de Tapia, debe trabajar, me parece, para ofrecer una educación tan buena como la que se ofrece en las escuelas activas ubicadas en las zonas no marginadas del país.

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